A partir de los dos años, aumenta la necesidad del niño de manifestarse como persona “diferente” del adulto, es lo que llamamos la afirmación del “yo”. Consigue una mayor autonomía en determinados hábitos, siendo el periodo sensitivo propicio para el control de esfínteres.
Deshacerse del pañal es uno de los grandes hitos del desarrollo de los niños pequeños. Por una parte, significa que ya han alcanzado la madurez neurológica suficiente como para controlar sus esfínteres y, por otra parte, que han alcanzado un nivel de autoconocimiento corporal básico que les permite captar y comprender las señales que indican la conveniencia de ir al baño.
Para que el niño alcance este nivel de conocimiento necesita recibir la atención e interés de los padres o educadores sobre este asunto. Por lo tanto, es conveniente que las personas más cercanas al niño le acompañen en este reto.
Asimismo, es importante que el proceso de retirada del pañal transcurra de manera natural, para que se convierta en algo motivador y animante.
1. Cerciórate de que tu hijo esté preparado
Los especialistas recomiendan retirar el pañal cuando el niño tiene dos años, pero lo cierto es que cada niño sigue su propio ritmo de desarrollo, por lo que es importante que te asegures de que tu hijo esté preparado para dar ese paso.
Algunos alcanzan la madurez fisiológica antes y otros tardan un poco más. Intentar adelantar ese proceso sólo servirá para generar frustración.
2. Asegúrate de que todo lo que necesite esté al alcance de su mano
En este proceso, el niño debe tener un orinal o un escalón para que pueda acceder solo al baño. También es importante que lleve una ropa que sea sencilla de poner y quitar.
La clave es que tu hijo no sienta que depende de ti para dar ese paso en su desarrollo. De hecho, antes de retirar el pañal, el pequeño debe haber aprendido a quitarse la ropa y debe comprender la diferencia entre estar mojado y seco. Así todo será más fácil.
3. Asume el rol de facilitador
Los padres deben ser facilitadores del aprendizaje infantil, lo cual implica que el nivel de madurez de tu hijo es el que marca el ritmo a lo largo de todo el proceso. Puedes motivarlo, pero recuerda que esa “batalla” es suya, es un paso más para conquistar su independencia y ganar en autonomía.
4. Acompaña a tu hijo en el proceso
Aprovecharemos la capacidad de comprensión de los niños de esta edad para enseñarles este proceso.
Programa orientativo para el control de esfínteres diurno. El niño está preparado para iniciar este aprendizaje cuando observamos la mayor parte de estas señales:
Con estos consejos aprenderéis a gestionar con vuestros hijos este proceso que para ellos es un hito importante que ayuda a que desarrolle mayor autoestima y autonomía, lo que aumentará su confianza.