La semana pasada, los niños del aula de dos años nos lo pasamos genial experimentando, jugando, imaginando y aprendiendo con un simple rollo de papel higiénico...Si, si, habéis oído bien, únicamente utilizando esos rollos de papel que todos tenemos por casa y utilizamos en nuestro día a día. Y si a eso le sumas el poder compartirlo y disfrutarlo con nuestros iguales el resultado fue inmejorable.
Al principio, cuando nuestras profesoras, Andrea y Patricia, nos dieron los rollos, no sabíamos muy bien cómo actuar, ya que para nosotros era algo totalmente nuevo, pero poco a poco pusimos a desarrollar nuestra imaginación y pudimos ser princesas, príncipes, súper héroes con largas capas de papel, modelos, paseadores de perritos, los cuales tenían una larga correa blanca...
Por otro lado, trabajamos diferentes sentidos, pero el que más utilizamos y desarrollamos fue el sentido del tacto. Es un sentido que resulta fundamental para nosotros, ya que a través de el obtenemos una gran cantidad de información del medio ambiente y de nuestro propio cuerpo, logrando elaborar así nuestro esquema corporal. Esquema corporal, que nos ayuda a diferenciarnos de los demás y a trabajar diferentes conceptos (yo, el, igual, diferente...etc.). Esto a su vez, nos ayudó a trabajar la descentralización, es decir, fuimos capaces de ver el mundo desde otro punto de vista diferente al nuestro, desde el de nuestros compañeros, saliendo así de nuestro egocentrismo y pudiendo comprender y empatizar con el resto.
Finalmente, a través del juego simbólico, exteriorizamos nuestros deseos y sentimientos y nos pudimos poner durante un breve periodo de tiempo en el lugar de esas personas que día a día están con nosotros ayudándonos a ser mejores personas y crecer en un entorno feliz y agradable.